Mi niña no te asustes,
tanta lluvia es para que
agradezcas, los relámpagos
son para los malos.
Ven y agradece
Ven hare que las paredes
ya no pesen.
Aunque todos digan
que no puedes, ellos
no podrán cargar con
lo que tu conoces;
por eso hay pocos
que te y me entienden,
por eso limpio con
gracia tus errores.
Siente mis latidos!
Siente mis latidos!
Ven, no te lo estoy
pidiendo,
te estoy susurrando;
te hice para que lo
logres, sigue escribiendo
mi nombre porque desde
el principio escribí tu
nombre también.
Te amo mi niña.
Tu Rey y Dios: Jesus
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